La suciedad que generan a consecuencia de los excrementos, las plumas y el material de sus nidos, puede afectar a los sistemas de evacuación de agua de lluvia, obturándolos y como consecuencia generar humedades que pueden afectar la estructura del edificio. Sus excrementos también pueden causar importantes daños en edificios y mobiliario urbano ya que el ácido úrico que contiene es altamente corrosivo.
Por este motivo pueden reducir a la mitad la vida media de una fachada o afectar gravemente las unidades de aire acondicionado y el sistema de recogida de aguas pluviales de los tejados o de patios interiores. también pueden constituir vectores de transmisión de enfermedades y pueden contaminar alimentos y depósitos de agua para el consumo.